CUANDO ERA MAS JOVEN: TOM WAITS

Esta semana, apenas recibí la brisa vacacional me compré dos discos. Uno, de Joaquín Sabina, otro de Tom Waits. Ambos, buenos amigos, con quienes he pasado más tiempo que con algunos colegas de la pubertad. Uno, para mi sorpresa, ha envejecido tremendamente, otro, es más joven que nunca. Sabina no sólo se ha repetido, ahora ha comenzado a escribir con menos rigor, sobre sus hijas y sobre sus amigos que nadie conoce, y sobre una versión de sí mismo muy poco interesante: El viejo que se asume viejo. Tom Waits, y su disco que me llegó desembarcado de Singapur, con Glitter & Doom es más joven que nunca. Un cd de historias y datos inútiles, que son un lujo en todo el sentido de la palabra. Y el esperado álbum en vivo, con poesía, con arreglos nuevos, con la mejor voz del mundo. Lo peor de este comparativo, que a nadie le interesa y por demás arbitrario y sin sentido, que hago sólo porque se me da la gana, es la portada de Sabina: Una mala imitación de Tom Waits... Sabido a los cuatro vientos, uno referente del otro. QUE EL LADRÓN DE SABINA ME REGRESE MI DINERO... Ya me lo decía la Liddell: ESE HOMBRE LLEVA 25 AÑOS ROBÁNDOLE EL DINERO A LOS ESPAÑOLES.