miércoles, 5 de mayo de 2010

HAMNET: TO STAGE OR NOT TO STAGE...THAT IS THE QUESTION


Ayer recibí la invitación por tercera ocasión consecutiva a participar en la Muestra Nacional de Dramaturgia. El año pasado el proceso fue crudo, y produjo uno de los trabajos más significatios de mi vida: Iluminaciones. Poco a poco fui trabajando la pieza, entendiendo un lenguaje propio y a la par, esa búsqueda nos valió la muestra nacional de teatro, una gran controversia y un gran reconocimiento, la teporada en DF, 30 funciones en total de un aparato extraño y muy complicado. La primera aproximación de Iluminaciones que presentamos en la MNDJD si bien necesitaba reflexión, fue acertada en la intuición y en la ruta de lo que se buscaba. Sin emabargo, el público "profesional" y los críticos empezaron con la división, con cuestionamientos burdos sin tomar en cuenta las condiciones que se tienen y lo que se pide: Una lectura dramatizada, dos meses para hacerlo y 15 mil pesos. Parecería que aquellos que son los más críticos de las instituciones y las condiciones precarias con que soportan a la gente de teatro, apenas tienen esa posición se vuelven iguales o peores que aquellos que critican, demandando resultados y con una óptica sumamente estrecha para permitir la experimentación escénica. He visto cosas de verdad desastrosas en estas muestras, pasando desde lo evidente que es salir con texto en mano, denotando ninguna preparación ni trabajo, hasta jornadas en que claramente los recursos se gastaron en todo menos en las puestas escénicas. Pero está el otro lado, que es el de la oportunidad. He trabajado con dos textos fantásticos, sumado al de Hugo, el de Angélica, que también dio para conocerla y abrir puertas en europa. El apoyo de Edgar Chías en mi carrera es invaluable, y a Edgar no le puedo decir que no, pero tampoco le puedo entregar algo mal hecho. No está a la altura de su expectativa ni de lo que me puedo permitir profesionalmente. Sin embargo, una vez más, justo ahora, me cae un texto extraordinario, de algo que buscaba desde hace varios meses, tan es así que empecé a escibirlo yo mismo. HAMNET, de Javier Márquez, es una de las mejores piezas de teatro que he leído. Es poderosa, inteligente, y en la línea de una dramaturgia imposible de dirigir: Lo que debiera ser la nueva dramaturgia. Poesía pura, sin lugar a dudas. Con Cuentos y Ultramarinos a punto de arrancar, The Raven a un mes y medio de estreno y en espera de confirmaciones del FONCA para montar dos proyectos más, éste parecería el momento menos adecuado. El año pasado estuve trabajando 5 proyectos a la vez, y sin dinero ni condiciones llegó el guión de Iluminaciones. Y dije, vamos por él. To stage, or not to stage... That is the question.

3 comentarios:

  1. Gregorio agrees: to stage. Al final, creo que la pregunta ¿qué es lo peor que puede pasar? raya más en lo retórico que en lo reflexivo.

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  2. That is always the question, in terms of just that, a “?”.

    However, I do believe you need to follow your “gut”, and that speaks volumes.

    To answer the “?”, what I also see here is a “NEED” to hurry up and create a self sustaining "Creative Fund" that will over time grow and sustain the answer to the question “To stage or not to Stage”?

    I truly believe that La Fábrica can and will indeed be a model of self-sustainability as a cultural leader in this country.

    To this end next week I will concretize and elaborate more about the HEARTBRICK PROJECT: WALL SKETCH.

    We all, who have put some of our “heart”, and soul into La Fábrica now need to step up to the plate, (ie the wall), and together create a new kind of “magic” of sustainability.

    This sustainability need not be “expensive” but, it indeed it needs to be “expansive” in sheer volume.

    Stay tuned, you will all want to be the “first” on the block, or shall I say “brick”.

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  3. "Not to stage" was the answer for Hamnet, not now, yes later.

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