viernes, 9 de abril de 2010

LA FÁBRICA: TEXTO DE DANIEL ÁLVAREZ


"Hay días en que valdría más no salir de la cama", citando al filósofo Nacho Vegas. Es una realidad. Pero si algo queda claro es que lo que me impide algunas veces darme un tiro son los amigos y el trabajo. Daniel Álvarez es una persona como pocas que comparte esos dos mundos desde hace ya más de 8 años. Lo he visto crecer - literalmente-, como actor, escritor, joven maestro, comunicador y amigo. Me sorprende la diversidad de aptitudes que siempre ha tenido, de las cuales destaco amén de lo profesional su calidad como persona. Daniel es una buena persona, y quizás es lo único que se le puede criticar. Hoy me he levantado de la cama sin muchas ganas y me he encontrado con esto:


"Todo lo que no debiera ser"

El día de hoy falté a clase para una sesión de fotos, esto no sucede todos los días, como tampoco es usual que hacia el final de una carrera profesional creas que tu vocación es trabajar (necesidad tal vez, ¿pero vocación?). No recuerdo haber dicho alguna vez en mi vida: quiero ser comunicólogo de grande (sí recuerdo haber querido ser futbolista, no actor). Acto seguido, eres grande, estás por terminar una licenciatura en Ciencias de la Comunicación y te gustaría recordar haberlo dicho, así tendrías excusa, así todo tendría sentido. La congruencia no trabaja de formas misteriosas, simplemente no trabaja, y eso vaya que tiene sentido. Escribir sobre lo que no debiera ser tiene el sentido que tiene creer en la congruencia: somos muchos queriendo ser uno mismo, y en ese afán habremos de contradecirnos indiscriminadamente: ¿qué tan grande se es realmente? Un niño de 3 años asegura ser grande, uno de 30 viejo, uno de 15 maduro, yo sólo escribo. Me gustaría saber quién de estos personajes lo cree con mayor certeza… apuesto por la inocencia (por la rima). ¿Qué no eres?

Han pasado alrededor de 5 años desde que La Fábrica abrió sus puertas, entonces no había foro, comunidad artística, día mundial del teatro, Moser Café Kultur, álbum cronológico de fotos, incongruencias… es curioso como nunca le ha faltado nada, desde el inicio, La Fábrica fue un todo, una compañía, un sucesión de incongruencias que han apostado (me permito la ironía) por la sinceridad: aquí se han pretendido muchas cosas, pero nunca el pudor. Eso me parece además de un desplante de sanidad: causa de un foro, una comunidad artística, un día mundial del teatro, un Moser Café Kultur, una línea fotográfica del tiempo, un todo que es muchos: caleidoscopio de contradicciones que no deja de girar.

Tal vez la Fábrica no debiera ser un centro de creación para competir con la Iglesia vecina por creyentes, o contra el jardín por perros con correa (y botes para sus necesidades). Pero desafortunadamente si algo puede ser persistente en el mundo es el caos, y aquí no sólo el metal ha sido la percusión del desorden, sino los disidentes que apuestan por un todo que habrá de seguirse contradiciendo, por la malayerba y el buenvicio, que no pretende, simplemente fabrica.

Un abrazo para los que somos parte de esto. Se vienen cosas más simples, porque el arte no debiera ser tan complicado, para eso ya están los que se preocupan por todo lo que no debiera ser… Después de todo, ¿qué ha salido mal hasta ahora? En el tiempo que llevo dentro de la Fábrica entre todos los que formamos parte, no he visto a ninguno contra su voluntad, y eso quizá no debiera ser, pues suele incomodar a terceros, enhorabuena.

Daniel Álvarez.

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